Por Edwin J. Rodríguez Con información de Luis Tiki Verdiales / edwin.rodriguez@elnuevodia.com
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Fue muy rápido. Cuestión de segundos. El piloto de la avioneta giró levemente la nave, de manera que las ventanas quedaron mirando hacia la superficie del océano, y entonces Luis Tiki Verdiales captó las imágenes: dos majestuosas ballenas jorobadas que viajaban a media milla de la costa de Isabela.
Verdiales lleva 23 años trabajando en la fotografía aérea y todos los años tiene la oportunidad de ver numerosas ballenas cruzando nuestros mares. Pero al contar esta historia a Caza Noticias, la emoción de sus palabras daba la impresión que era la primera vez que contemplaba la criatura marina.
“Yo me dedico a la fotografía aérea. Todos los meses le doy la vuelta a la Isla para retratar proyectos de construcción. Y cuando regresamos del oeste nos vamos por las costas para ver las ballenas… Siempre es una experiencia impresionante. En los 23 años que llevo, todos los años veo ballenas, entre febrero y finales de marzo. Se ven bien clarito. Se ven choretas; podría contar de 10 a 15 avistamientos de ballenas cada año y se podrían ver más, pero el avión me cuesta dinero”, manifestó Verdiales, quien retrató a los cetáceos el pasado 1 de febrero.
El fotógrafo también aseguró que, a pesar de estar muy alto en una avioneta, es difícil retratar estos animales pues al parecer detectan el sonido de la nave. “En un avión aprendí que si bajas a 800 pies ellas se dan cuenta… como que te oyen y se hunden. De hecho en las fotos ellas están empezando a hundirse”, precisó el vecino de Loíza, quien utilizó un lente con alcance focal de 200 milímetros.
Por otro lado, el biólogo marino Antonio Mignucci explicó a ELNUEVODIA.COM que el nombre científico de la ballena jorobada es Megaptera (aleta grande) novaeangliae (Nueva Inglaterra).
“En toda la parte norte de Puerto Rico es común verlas. Y cerca de la costa entre Arecibo y Rincón. Pero donde mejor se ven es en Rincón, Aguadilla e Isabela”, confirmó Mignucci.
Mignucci explicó que estas criaturas marinas viajan de Groenlandia, Islandia, Nueva Inglaterra, etc. (Océano Atlántico Norte) durante los meses de octubre y noviembre y llegan a las aguas cálidas del trópico para aparearse y parir.
En Puerto Rico permanecen hasta el mes de abril.
Este mismo ciclo o dinámica lo realizan en el Océano Pacífico Norte, donde van de Alaska a Hawai. Y en la parte sur del planeta pasa lo mismo del Ártico a Brasil.
Según el profesor de oceanografía en la Universidad Interamericana de Bayamón, la ballena jorobada puede llegar a medir 45 pies de largo y pesar 80,000 libras. También dijo que es una especie protegida por ley y que al menos hay 80,000 alrededor del planeta.